El incipiente acontecimiento del matrimonio de padre
con la joven Isabel, la poca felicidad que quedaba en nuestras vidas se esfumo
al igual que el último suspiro exhalado de madre. Nunca pensé que los hechos
narrados hubiesen tenido cabida en mi familia pues el devenir no me deparaba
gratos recuerdos. Si fue memorable el día en que mi amada y hermosa hermana
Juana contrajo matrimonio con un hidalgo, de todos era sabido que estuvo
durante arduos meses cortejándola, era de esperar que aceptara su proposición
ya no había lugar para ella en casa de padre. Este sería uno de los pocos
recuerdos felices de estos años.
Un buen día mientras me hallaba estudiando los libros
que me prestaban algunos dominicos, sentí el crujido de la puerta al momento me
alegre pues sabía que el único capaz de perturbar mi estudio era padre, pensaba
que me traería nuevas de mis hermanos o en el mejor de los casos de mi querida
Juana a la que no veía desde su enlace, pero no fue así, lo que me encontré ante
mi fue la imagen de un hombre devastado con una mirada opaca y triste no comprendía
el motivo tal preocupación, pero debía de ser algo horrible, sin embargo no
articulo palabra y debía respetarlo.
Pasaron los días y la normalidad que reinaba en la
casa fue desvaneciéndose poco a poco, yo que normal mente me encontraba absorta
en la lectura y en el estudio de mis venerados libros no le di importancia pues
la situación en Castilla estaba revuelta y no podía inmiscuirme en los asuntos
de padre.
Tras varias semanas llegó el día en el que me
notificaron que habían acordado mi matrimonio con un noble, lo cual dejaría en
buen lugar a la familia y nos ayudaría a salir del tremendo bache en el que nos
hallábamos, pues era de esperar que las deudas nos empezaran asfixiar. Ante mi
estaban presentes padre e Isabel, tenía la certeza de que esta solución había sido
invención de la nueva mujer de padre pues el no haría tal cosa, y menos mancillando
una de las voluntades de madre.
El matrimonio no era una idea concebida para mí, menos
si tenía que ser un matrimonio concertado, mis padres que me habían permitido
tener un amplio estudio y conocimiento de las diversas materias sobre todo relacionadas con
las letras, sabían que mi propósito no era tener una vida como la que estaba llevando
mi hermana, no podría ejercer la vida de una mujer normal, no estaba preparada
para ello. Lo tenía decidido tendría que conversar con padre pero sin la
presencia de Isabel, sabía que este encuentro iba a ser complicado pues era difícil
vislumbrar a padre solo.
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